Emergencia sanitaria

¿Cómo se vive la pandemia de COVID-19 en las farmacias de Chascomús?

Cambio de hábitos.
Cambio de hábitos.

El primer contacto del vecino con el sistema de salud, generalmente, es a través de la farmacia de su barrio, de la farmacia de turno, donde resuelve su urgencia, su necesidad o bien es derivado con el profesional del caso.

Tal situación, en esta pandemia de COVID-19, se potenció, siendo las boticas testigos privilegiadas, y protagonistas a la vez, de las complicaciones y evoluciones desatadas en la cuarentena en extraños y propios.

En tal sentido, la farmacéutica Karina Moriset comentó que hasta el momento “hubo dos etapas, que claramente son muy diferentes. La primera, que más o menos duró un mes, fue una etapa de mucho desborde, donde la gente estaba muy asustada y con una conducta muy desenfrenada ante al miedo de querer alcohol, de querer barbijos, de querer insumos por las dudas”.

Luego, la propietaria y directora técnica de Farmacia Moriset añadió: “Pasada esa primera etapa, y viendo que esto se sostenía en el tiempo, la situación empezó a cambiar, el consumo cayó muchísimo y hoy lo que se observa es mucha gente que ha empezado a no estar tan bien, a empezar a sentirse mal, a empezar a pedir ayuda de otra manera”.

A continuación, remarcó: “Me parece que también aumentó el consumo de psicofármacos y en mi caso, que me dedico mucho a la medicina natural, se dispensan un montón de gotas sedantes o de Flores de Bach para tratar el tema de la angustia y del insomnio”.

“En lo personal y en cuanto al equipo de trabajo, hemos tomado todas las medidas necesarias para trabajar, con distanciamiento social, con barbijos, con máscaras. Estamos trabajando sin miedo y para mí eso es sumamente importante, para alentar a la gente cuando nos cuenta algo y para poder llevar adelante esto todos los días”, completó la profesional

Por su parte, el farmacéutico Javier Soliani aseguró que “venimos trabajando bien, con tranquilidad, que es importante en este momento. Tomando todas las medidas de seguridad necesarias. Al principio costó porque era algo nuevo para todos, para nosotros y para la gente, y faltaban insumos, problema que ahora por suerte se normalizó. También en un primer momento hubo una locura de comprar por comprar, de querer abastecerse. Las vacunaciones, antigripal y neumonía, fueron otras de las razones de dos semanitas complicadas, pero ya lo pasamos”.

Además, el propietario y director técnico de Farmacia Alfonsín agregó: “la gente ya está acostumbrada a hacer cola afuera, a esperar su turno, a mantener distancia. Desde que decretaron el uso obligatorio de tapabocas, abrimos las puertas, empezamos a atender de a tres personas dentro del local, lo que mejoró bastante la dinámica de trabajo, porque era complicado atender desde el turnero. Estamos bien y esperemos seguir por este camino, en armonía con los pacientes”.

Por último, señaló: “se empezó a trabajar de una manera diferente, mucho por teléfono, mucho por WhatsApp, mucho por mail, con las recetas digitales. Creo que es una nueva modalidad de trabajo que va a quedar, porque es cómoda para el paciente y para nosotros también”.

Esfuerzo para abastecer, protocolos actualizados y comité de crisis

Por su parte, el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Chascomús, Luis Ferrari, destacó que “las farmacias estamos haciendo un gran esfuerzo para abastecer de medicamentos al vecino dentro de una situación compleja. Y trabajamos bajo los protocolos actualizados de la Confederación Farmacéutica, aunque algunas boticas le agregan algunas medidas más”.

Luego, el propietario y director técnico de Farmacia Belgrano aseveró: “no sé si con un cierto strees , pero sí estamos trabajando de una forma más compleja, con más presiones, tratando de educar un poco al vecino también, que muchas veces no se da cuenta de algunas cuestiones”.

En cuanto al aporte que podrían realizar, Luis opinó que “el Colegio de Farmacéuticos, como toda institución relacionada con la salud, debería ser parte del Comité de Crisis. Lo mismo que aquellas organizaciones asistenciales, con presencia en los barrios, con conocimiento de las necesidades puntuales de los vecinos de cada lugar”.

“Nosotros también tenemos un contacto directo con la gente de diferentes puntos de la ciudad; generalmente somos los primeros en tener contacto con el paciente antes de que lleguen al Hospital o al médico. Y palpamos un poco más de cerca cómo está la situación, tenemos un cierto conocimiento sobre el tema, porque estamos en el día a día. Conocemos las necesidades del vecino y somos parte del sistema de salud”, terminó de argumentar Ferrari.

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