Ni el más pesimista de los militantes de Unidad por Chascomús se imaginaba semejante revés en las PASO de este domingo.

En las escuelas de la ciudad, al conocerse los primeros números, las caras de los integrantes del oficialismo, sumados al GEN local, no eran para nada las que ellos suponían tener a esa altura.

Las mesas los ubicaban en su mayoría en un cuarto lugar, que finalmente fue el que terminó ocupando en la elección, y que lo deja muy mal parado ante las elecciones de octubre, ya que en el mejor de los casos podrá pelearle el segundo lugar a Unidad Ciudadana.

Al cabo de 19 meses de gestión solo se dedicó a sacarse fotos con las obras que venían de Provincia y ellos se adjudicaban como propias, con autos y camiones comprados con plata de la comuna, con dos cuadras de asfalto que pagaron los vecinos y un sinfín de errores de “cálculo” y “campaña”, extraño en los hombres verdes que siempre han demostrado un tino correcto a la hora de hacer campaña.

Los vecinos sumaban quejas por el estado de las calles, por la inseguridad, por las multas, que se tornaban meramente recaudatorias  y no se veían devueltas a la mejora del tránsito en la ciudad.

La soberbia nunca es buena consejera y menos si se trata de política y desoír a la gente, que, a la postre, son los que luego reflejan en las urnas lo que sienten en carne propia días tras día.

Habrá que ver, ya a esta altura para octubre parece improbable, pero si en estos dos años y unos meses de gestión que le queden pueden revertir esta situación y volver a tratar de convencer a las más de 8 mil personas que los acompañaron en el 2015 y que en la contienda de esta domingo la mitad de ellos decidieron darles la espalda.