Los peronistas tenemos en la lealtad nuestro principal valor (dije los peronistas), si bien no es patrimonio exclusivo, ni aplicable solamente en el orden político, se puede ser leal sin ser peronista, pero resulta inconcebible declararse peronista sin dar muestras concretas de lealtad.

En los últimos tiempos hemos hecho una interpretación tan laxa del concepto, que los dos extremos (lealtad-traición), parecieran juntarse.

Tan injusta como hipócrita resulta ser la nueva modalidad que, hasta algunos recién llegados, se dan el lujo de pontificar sobre valores que algunos los hemos llevado y transferido, generación tras generación.

Dice una parte de la historia argentina (a la que particularmente adhiero) que siendo Bernardo de Monteagudo, principalísimo colaborador del General San Martin en la acción libertadora, enviaba constantes mensajes a la porteña Buenos Aires, lo hacía pidiendo asistencia para una gesta que no todos alcanzaban a entender en su volumen y profundidad. Las respuestas mostraban siempre las mismas excusas, falta de recursos. De allí que el propio Monteagudo acuñara una frase reveladora sobre la verdad, la mentira, la lealtad y la traición, dijo don Bernardo en alguna ocasión que “dejemos de mentir, o perfeccionemos la hipocresía” .

Hoy, como aquel 17 del 45, “con los pies siempre adentro de la fuente”, renovamos nuestros principales valores del peronismo, en el camino de la vida y de la política queda aún mucho por hacer, mientras tanto, otros deberán seguir perfeccionando la hipocresía.

¡Feliz Día para los leales!

Marcelo Muscarello

Presidente del Partido Justicialista de Chascomús