Personajes de Chascomús

Pirincho Iseas, algo habrá hecho…

Persistencia en sostener valores que son base de su existencia.
Persistencia en sostener valores que son base de su existencia.

Por José Eduardo Bonavita – redacción EL CRONISTA

1953 toca a su fin. De la Escuela Normal surge una nueva promoción de Maestras y Maestros… Edith Barthe Placenave, Edilma Chiacchio, Martha Dallavía, Celsa De Berti, Glenda Dupont, Nilda  Espinelli, Laura Hails, María E. Mercadante, Adela M. Quiroga, Nilda Ruiz, Elizabeth Sanucci, María Blanca Villera son ellas.  Fernando Brambilla, Omar Francese, Rodolfo Iriarte, Mario Murias, Aníbal  “Pico” Roldán, Fortunato Blas Iseas, seis varones de la promoción… En la tarde del sábado pasado, como habíamos convenido, nos encontramos con uno de esos Maestros egresados aquel año. El tema no era la Normal. La idea era hablar de cosas de la vida en una suerte de charla de bueyes perdidos…  Pero las referencias a la Normal serían recurrentes y por eso nos pareció oportuno comenzar con esa mención a la Promoción 53…

TOMAR UNA DECISIÓN

Fortunato Blas Iseas es Pirincho y por aquellos días, cuando se avecinaba el final de la Escuela secundaria mantendría un diálogo con su padre que lo macaría para el futuro y nos lo cuenta como si hubiera sido ayer…

- “Hijo… ¿y ahora que vas a hacer?... Tenés que estudiar o trabajar”…

- “Si papá, yo quisiera estudiar”…

- “¿Has pensado lo que vas a estudiar?”...

- “A mi me gusta dibujar… Y lo hago bastante bien”… (Pirincho hace una pausa en el relato y nos dice que aún le gusta dibujar y cree haberlo heredado de su abuela que pintaba muy bien y nos cuenta que el dibujaba sobre las telas y su abuela luego pintaba lo que él había dibujado)… “Creo entonces que podría ser Arquitectura”…

- “Arquitectura no me parece”… dice que dijo su padre acompañando sus dichos con un gesto indicando que no estaba en sus planes un hijo Arquitecto… “… ¿Y Medicina?”… le preguntó sugerente…

- “Medicina no”… respondió pronto… “Veterinaria”…

- “¿Veterinaria?...Puede ser”… admitió Cholo, Fortunato padre y al año siguiente comenzaría a trajinar Fortunato hijo, Pirincho, aulas, pasillos y dependencias de la Facultad de Ciencias Veterinarias.  Nos cuenta ahora que cuando terminó primer año pensó que bien podría estudiar Medicina. Pero desistió de inmediato… Ya percibía que lo suyo sería la Veterinaria… “Al fin de cuentas Pasteur dijo que la medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura a la humanidad"…

ALUMNO Y PROFESOR

Pirincho niño vivía en la calle Mitre entre Lastra y Crámer… De pequeño antes de la edad de escolaridad, fue un tiempo a una sala infantil que había en la Escuela de Hermanas… “Estaba a la vuelta de casa” dice,  pero después su vida escolar transcurrió en la Escuela Normal… “En la Normal hice primaria y secundaria, desde primero inferior hasta que me recibí de Maestro”… “Pero yo nunca había pensado en ser maestro o profesor… Sin embargo, cuando me recibí de Veterinario, un día me llamó la señora Cardozo de Gómez, que era la Directora de la Normal y me preguntó si no quería tomar unas horas, dije que si pero fijate que lo que me habilitó a tomarlas no fue mi título de Veterinario, sino el de Maestro Normal Regional”… “y a partir de ahí, como suelo decir, menos cocina y costura he dado clase de casi todo” y enumera “Granja, Tareas Agrícolas, Biología, Zoología”… Y así hasta el momento de su jubilación.  No oculta que en alguna medida lo halaga que haya sido y sea durante años, un clásico en los homenajes a las promociones que cumplen 25 y 50 años de egreso, porque lo invitan a que sea él quien los salude… Y dice que les dice… “No se si será por que me quieren, o simplemente porque soy sobreviviente”… `pero también nos dice que el Día del Maestro y el Día del Profesor, recibe numerosas salutaciones. Eso si, si la vida pudiera volverse a vivir, sería profesor en la secundaria… Pero cambiaría sustancialmente. Dedicaría su esfuerzo a enseñar a estudiar, antes que a explicar cada tema… “Creo que así contribuiría a evitar frustraciones a los que decidan cursar una carrera universitaria”…  

PROFESOR UNIVERSITARIO

Paralelamente, Pirincho Iseas, abordó el ejercicio de su profesión. Comenzó a trabajar con Petrocelli, un veterinario que había venido de Buenos Aires y era uno de los dos con que contaba Chascomús. El otro tampoco era nativo, De Wysiecki y cree recordar que supo haber otro más que había llegado a Chascomús por aquellos días. Tras comenzar a trabajar con el doctor Petrocelli, luego se asoció con él y más adelante adquirió su parte… Pero a fin de seguir la línea, vamos a contar el modo en que comenzó a dar clases en la Facultad. “Había un par de profesores a quienes conocía, aficionados a la caza, que con asiduidad me pedían les gestionara un permiso y los acompañara, cosa que hacía… Uno de esos días volvíamos del campo, y uno de ellos me pregunta… ¿Iseas, nos podría acompañar a La Plata?”… Nos cuenta que la intención era que él se convirtiera en jefe de Trabajos Prácticos, lo que así ocurrió a lo que siguió el dictado de otra materia y se volvió, también tras esa convocatoria casual, en Profesor universitario, llegando a ocupar durante breve lapso el Decanato, como Decano Normalizador,  en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP… Asegura al respecto que siempre ha pensado que fue su error haber aceptado aquella nominación. Piensa que lo suyo era ser Veterinario y con trabajo de campo… y no sentirse para el rol político administrativo que implica el Decanato…    

MIENTRAS TANTO LA VIDA

Fortunato Blas Iseas es casado con Betty Iriarte y son padres de cinco hijos, abuelos de nueve nietos y bisabuelos de una bisnieta. Supieron de la partida prematura del mayor de sus hijos, Jorge, “Mandarina” para los amigos y conocidos, que había optado por la tradición familiar de los Iseas, dedicándose a la venta de hacienda; Javier es el que eligió seguir el camino de su padre, es Veterinario, y Pirincho, que va absolutamente todos los días a la Veterinaria, sabe que para el trabajo de campo se ha convertido en “el suplente”… “Pero cuando hace falta estoy dispuesto” afirma antes de contar una cesárea que tuvo que realizar no hace mucho, ante la urgencia y la ausencia de Javier. “Las chicas son una profesora de Biología y la otra Fonoaudióloga” repasa, y “Ricky que es Trabajador Social, se la pasa estudiando y tiene otros títulos y capacitaciones”…

Con una sólida formación cristiana, Pirincho ha sido activo partícipe, militante en los movimientos laicos de la Iglesia. Cuenta que comenzó en la Acción Católica, a la que ingresó a los catorce años… Luego fue integrante del Movimiento Familiar Cristiano y también del movimiento de Cursillos de Cristiandad. Luego surgió un movimiento de Retiros que se concretó en la Parroquia del Corazón de María… Cree que en la actualidad, no está activo ninguno de esos movimientos laicos, al menos en la Diócesis, y que sólo Caritas parece ser el que tiene vida plena.

PERFIL DEL ENTREVISTADO

Parece que no le gusta que le pregunten la edad… en todo caso propone un  juego y pregunta él ¿y cuantos años me das?... Le gusta leer y prefiere los libros que tengan un valor espiritual… Le gusta la música… “siempre y cuando sea clásica ó folklórica”… Sigue de cerca la labor de la Orquesta Escuela y destaca “la obra que ha realizado esa chica” - que fue alumna de la Normal aclara -  refiriéndose a Valeria Atela y mencionando también la condición normalista de María Graciela, colaboradora de Valeria… 

… Así las cosas, si nos propusiéramos delinear un perfil del entrevistado, podríamos vincularlo a la Escuela Normal en su condición de alumno y profesor… O acaso si lo centráramos en lo profesional y lo asociáramos a las Ciencias Veterinarias, apreciaríamos su rol ya de veterinario de campo, ya de docente universitario… Y si atendiéramos su formación y convicción cristiana, su fe inquebrantable y su compromiso a través de los movimientos laicos con su Iglesia, no podríamos obviarlo a la hora de diseñar ese perfil.  Más complejo en todo caso, sería integrar los factores sin romper el equilibrio… O tal vez más sencillo si dijéramos simplemente lo que hemos dicho. Sumarle en todo caso que goza de un prestigio bien ganado y de un reconocimiento que tiene que ver con la bonhomía y la persistencia en sostener los valores que han cimentado su existencia y procura proyectar… 

Iseas, primer director del CEDIVE

Hace unos años, la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata  concretó la compra del edificio donde funciona el CEDIVE Centro de Diagnóstico e Investigaciones Veterinarias en Chascomús. Fue en mayo del 2006, y la adquisición del inmueble había sido avalada un año antes por el Consejo Superior de la UNLP y se completó con un aporte financiero realizado por la Presidencia en concepto de préstamo hacia la Facultad. De esta manera, el CEDIVE es dueño desde el 2006 del  edificio de 500 metros cuadrados ubicado en Alvear y Salta. La compra del inmueble demandó una cifra cercana a los 300 mil pesos de entonces y casi el 50 % fue financiado con recursos de la Universidad. El resto corresponde a recursos propios ahorrados por el Centro a partir de la prestación de servicios a terceros. Pero, es de señalarse, el CEDIVE, tenía una historia y existencia previa. Es un laboratorio de investigación, orientado al conocimiento de enfermedades enzoóticas de rumiantes, su comprensión, diagnóstico y manejo. Actualmente, además, brinda apoyo a profesionales veterinarios e instituciones de la zona de influencia de la Facultad y del país. El laboratorio está relacionado con más de 700 establecimientos agropecuarios y más de un centenar de veterinarios privados y posee una casuística cercana a 2.500 consultas anuales. En los últimos años también ha prestado asesoramiento a programas equivalentes en países limítrofes. Es su director el doctor Jorge Romero, pero el laboratorio donde trabajan varios docentes de dedicación exclusiva que pertenecen a cinco cátedras de Veterinaria, más investigadores y alumnos becados comenzó a funcionar veinte años antes de este nuevo emplazamiento,  a partir de un acuerdo entre esa unidad académica y JICA, Agencia Internacional de Cooperación Japonesa.  Su primer Director, cuando su fundación en 1986, fue el Doctor Fortunato Blas Iseas, quien había jugado un rol preponderante para lograr que aquella primera sede fuera cedida a la Facultad.  En abril de 1986, el Centro de Diagnóstico e Investigaciones Veterinarias dependería institucionalmente de la Facultad de Veterinaria de la UNLP. Era sobre la Ruta 2 en un predio de cuatro hectáreas e instalaciones que por diez años se pusieron en manos de la Facultad. Iseas, que fuera como decimos su primer Director, guarda y custodia con celo, las imágenes de aquel acto inaugural, siendo una de ellas la que muestra al veterinario chascomunense cortando las cintas, junto al entonces Intendente Municipal, Juan Carlos Gastón y autoridades de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP. Hoy, sólo tiene palabras de reconocimiento para el trabajo que allí se ha realizado y se realiza. 

SE DICE DE ÉL: Un veterinario ejemplar

Hace unos diez años una revista del Grupo de Laboratorios Azul, Noticias, decía de él  en el marco de unas Jornadas de Actualización Profesional en Memoria del Dr. Juan C. Bardón…  Dr. Fortunato Blas Iseas, oriundo de Chascomús, Provincia de Buenos Aires. Maestro Normal Nacional. Egresó como Veterinario en la Universidad Nacional de La Plata en 1962. Desde ese momento fue un reconocido veterinario de campo y por dichas características fue invitado a participar como docente por los Profesores Gallo y Portillo a la Cátedra de Patología Médica de la UNLP en 1967. Desde ese momento realizó todos los pasos de la docencia universitaria para finalizar en 1976 como Profesor Titular de la citada cátedra. Colaboró intensamente en las investigaciones del Enteque Seco y la acción de los ficocoloides quelatados. Fue socio con el Dr. Petrocelli de Veterinaria Chascomús que posteriormente pasó a llamarse Veterinaria Iseas donde ejerce junto a su hijo Javier. Por esto y mucho más, consideramos que Fortunato Blas Iseas (Pirincho) es un Veterinario Ejemplar.

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