El análisis

Política chascomunense

Por Nelson Dafoe

La noble tarea periodística

La semana tuvo su campana de larga con la celebración del Día del Periodista, ese menjunje local de periodistas con título, autodidactas, autoproclamados, locutores disfrazados de tal, aclamados por mayoría y hasta odiados por minorías, pero escribas o lenguaraces al fin.

Además de las del jefe comunal, las palabras centrales durante el acto estuvieron a cargo del periodista Alfredo Perona, este cronista no puede dejar de señalar la lucidez de su análisis, aunque no tiene en claro tampoco si fue un sincericidio, o una hipócrita declaración de principios corporativos.

La nota de color la dio el propietario de una radio local, Maxi Díaz, quien previo al acto de la Plaza, en el tradicional desayuno en el despacho municipal con los periodistas, solicitó un minuto de atención y un muy poco entusiasta aplauso para el intendente Javier Gastón, una ridiculez desde cualquier punto de vista a la que los periodistas militantes, Abelardo Tejo y “Chichilo” Cerimele, se encargaron de defenestrar en tiempo y forma.

La pobreza

Además de las previsibles roscas políticas, el Concejo Deliberante tuvo sesión esta semana y una nueva muestra de su pobreza volvió a sumar otra gota más, a su ya irremediable medianía.

Hubo dos puntos centrales esta semana, primero la interpretación sobre el vencimiento de los plazos en los proyectos elevados y no tratados, un tercio por haraganería, un tercio por manifiesta inoperancia y un último tercio por miserias políticas de la oposición.

El otro punto central, la aprobación de la ordenanza de creación de la Policía Comunal, promovido por el oficialismo municipal y claro por la gobernadora Vidal tuvo despacho de mayoría, aunque en una nueva pirueta que muestra lo inconsistente y ambivalente de la relación de la UCR dentro de la alianza Cambiemos, los radicales la votaron en contra.

Dicen que desde la privada del ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, juran venganza y que la misma se cristalizará acá nomas a la vuelta de la esquina, cuando cierren la lista de candidatos en quince días.

La Revolución de la Alegría

Los radicales están en ebullición, cinco son los sectores principales que disputan un espacio para luego ver como acuerdan con el PRO local y ahí los estará esperando Ritondo, o sea Vidal, ergo Mauricio Macri.

Todavía nadie logra encasillar a Ramiro Ferrante en ese esquema, es que muchos equivocan su análisis al pensar que el hombre puede mirar con  simpatía al radicalismo o al peronismo.

Error, el empresario del fiambre y los quesos locales da justo con el perfil de alegría, globos y mítines solo para las cámaras, que tan buen resultado y tan a gusto hacen sentir al macrismo en general.

El PRO local resolvió su interna, José Fares quedo out, fuera de juego y destiló su odio (ahora gorila) en algunos portales de Facebook, lo hizo tan groseramente y de forma tan chabacana descalificando al Gobierno anterior, que es para pensar si lo hace de enojado o de mediocre, ambas cuestiones no ayudan para recomponer su alicaída imagen.

Verdes eran los de antes

José Ochoa intenta retener a una tropa cada vez rebelde (o golpista), según el cristal con la cual se la mire, le exigen una definición que no puede dar, típico de los personajes que ven a la política pero a veces no la alcanzan a entender como verdaderamente funciona, naufraga.

Insiste con un lugar de privilegio en la lista de concejales, al que todo hace suponer que el oficialismo le negara, algunos dicen que el propio Sergio Massa llamaría al jefe comunal para que le ceda el tercer lugar. Improbable e incomprobable.

En tanto el GEN también busca un espacio en la lista del Frente Renovador, aunque los 764 votos conseguidos en las últimas elecciones parecen poca cosa para exigir mucho.

Los incorregibles

El peronismo y sus variables locales también están en estado de ebullición, zafarrancho de proporciones es el que armó Norberto Fernandino al juntarse con el camporista Gabriel Macchi y sus posteriores declaraciones radiales.

Puso a todos los “buscas” que rodean al expupilo muscarellista, en estado de alerta máxima, saben que con Tata husmeando cerca es el abrazo del oso y un seguro contrincante a la hora de repartir prebendas y canonjías.

Tal el nerviosismo que despertó el ex intendente, que generó reuniones histéricas, aunque según comentarios, el más enojado es Petite Francese, pero los más preocupados y desconfiados son los de La Cámpora. “Tenemos miedo que nos cague como lo hizo con Muscarello”, decía esta semana un camporista a quien lo quisiera escuchar.

A esta altura queda algo en claro, Gabriel Macchi no es confiable para nadie, ni aun para Fernandino, aunque el hombre ya es grande para enseñarle algo de esto.

Florencio Randazzo avanzó firme también esta semana con algunas novedades, hubo una reunión de referentes seccionales en Buenos Aires, hacia allí enfiló Marcelo Muscarello, quien además de abrir local partidario en Alvear y Mazzini, compartió un café a solas con “El Floro”, aunque comprobó después en la reunión general que no estaba solo, el todavía concejal Martín Torres arrimó formalmente el bochín, entro por la ventana que le abrió Rodolfo Daer ahora convertido en novel y furioso randazzista.

Nuevo y furioso randazzista también lo es Julián Domínguez, quien tiene viviendo en Chascomús a su compadre, Norberto Liwsky y a un nuevo espécimen del típico yuppie político retro-noventista, Santiago López Osornio.

Según los prestidigitadores del peronismo vernáculo, ambos intentan a diario hacer lobby y marketing en despachos capitalinos, pero todos en el ambiente saben cómo piensa y actúa ante este tipo de operaciones el exministro del Interior.

Circulaba por estas horas en grupos de Whatsapp, además de una foto, un mensaje grabado por el mismísimo Randazzo, supuestamente en ese café a solas con el presidente del PJ, donde dejaba en claro quién es su hombre de mayor confianza en Chascomús. Todos los caminos conducen a Muscarello.

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