Entre los reclamos por el bono, los presuntos “aprietes” a diferentes empleados municipales y un año que acarrea pozos, basura y poca luz, además de conflictos con el agua, son algunos de los frentes que debe poner en la balanza el ejecutivo local a la hora de hacer el análisis final.
El primer año de gestión de Javier Gastón no fue de los más sencillos y si venía complicado con varias cuestiones, en el mes de diciembre se sumó el reclamo por el bono y las manifestaciones de los gremios por la ciudad.
A raíz de estos reclamos, se corrió el rumor de que desde diferentes dependencias municipales habrían “amenazado” a empleados municipales que querían asistir a las manifestaciones.
Así lo hicieron saber Alicia Barletta (ATE) y Mercedes Roldán (STM), ambas protagonistas estelares del reclamo de los empleados municipales por el bono de fin de año.
Barletta afirmó en declaraciones radiales “los compañeros se vieron intimados por capataces y jefes, quienes los pusieron en conocimiento que de ir a la movilización, podrían sufrir descuentos, sanciones o incluso finalización de su relación laboral”.
A causa de esto se presentó un documento en el Ministerio de Trabajo, que entre otras cosas reza “luego de 33 años de Democracia entendemos que estas prácticas intimidatorias resultan por lo menos desagradables y desafortunadas, porque es un derecho manifestarse”.
Quedan días claves antes de un fin de año más que movidito para el gobierno local.