El ex director de Salud del gobierno municipal de Edgardo Burgos, publicó en su muro de facebook una nota a raíz del fallecimiento de Hugo Chávez.
Hoy, en Venezuela, reina el desconsuelo y el dolor. Murió su líder, el emblema de la valentía, para su pueblo, el que vino y se fue con heroísmo y equivocado o no, con dureza. La que dan las armas, que consideró necesarias allá por 1992 y con la dureza a la que el cáncer apela, para poder sobrellevarlo un tiempo en una lucha sin igual.
Chávez murió y ya no será lo mismo, en Venezuela y en América Latina. Nadie, con cierta pertenencia o interés por el devenir político podrá ser indiferente a lo que éste Bolivariano hizo o dijo y más aún a su ausencia, la que provocará desajustes regionales notorios en un mediano plazo.
Así como lo fue Perón, Chávez será bandera de muchas disputas y muchos enfrentamientos, que algunos sospecho violentos, porque Chávez comete, a mi parecer, un error, el mismo que cometió Perón y muchos otros líderes, cual es el de no preparar los tiempos del inexorable “post liderazgo” Se sabe que el poder desgasta, harta, enferma y mata y como éste tipo de líderes no se jubilan, dejan de ser líderes con la desaparición física. Casi nunca hay un Raúl Castro, que continúe la propuesta, o que facilite la transición, lo que conlleva a la inevitable “guerra de las viudas”
Atrás quedó una lucha titánica contra la oligarquía y los gobiernos norteamericanos, que hasta la llegada de Chávez, se aprovechaban de los bajos precios del petróleo, que los cipayos ofrecían. Atrás quedó la redistribución de la renta, de la educación y de la salud, que los pobres no gozaban. Atrás quedó la verborragia encendida, contra el poder central, pero también la negociación con el mismo, porque Chávez no comía vidrio. Atrás quedó la posibilidad de que América Latina sea una sola, ya no es lo mismo, con Maduro o Verde, Brasil asumida como potencia mundial, Argentina embriagada en una dialéctica de izquierda y políticas de derecha y algunos líderes nacionales como Correa, Evo o Mujica, en países muy pequeños sin relevancia internacional. El equilibrio se romperá.
La lección que nos deben dejar estas vicisitudes sería la de que nadie, absolutamente nadie es imprescindible y que como dijo Perón: ” las organizaciones vencen al tiempo” a pesar de que él no pudo dejar un sucesor digno (no lo habrá encontrado).
Nunca fui un “chavista” ni antes ni ahora, pero hay que reconocer su importancia, que la grafica todo un pueblo que lo llora y lo venera. Mi humilde homenaje, a la distancia, acompañando un sentimiento popular.
Marcelo Herrera