Entrevista

Belmartino: “Para esta gestión, donde empiezan las calles de tierra se acabó el Estado”

Marcelo Belmartino, en diálogo con SaltoCiudad.
Marcelo Belmartino, en diálogo con SaltoCiudad.

SALTO, Julio 23 (SaltoCiudad.com) Levanta la voz, se ríe, se enoja. El precandidato a intendente por Compromiso Federal es inquieto, parece hablar con las manos, con el cuerpo. No se calla, no es políticamente correcto ni quiere serlo. Habla de “el Adolfo” y “el Alberto” (para referirse a los Saá), ataca a los Kichner y lo compara con Menem. Y, dice, quiere que las cosas “comiencen a cambiar en serio”.

¿Cuál es su opinión sobre el kirchnerismo?

No quiero que estén porque hacen mucho daño, son antiperonistas. Tanto Menem como  Kirchner, de lo único que se han ocupado, es del enriquecimiento personal. De ellos y de sus amigos. Lo que pasa es que Menem no se peleó con todos, dejó algunos jueces amigos, algunos que todavía los están defendiendo. Los K se han peleado con todo el mundo, han destruido las Fuerzas Armadas, cada vez las villas son más grandes, cada vez es más amplia la brecha entre los ricos y los pobres, está destruyendo la institución que tanto para mí como para Alberto es la familia.

Nos han impuesto que es más importante un matrimonio igualitario que terminar con la desnutrición. Yo no estoy diciendo que no es importante la unión de dos personas del mismo sexo, que tengan los mismos derechos. No digo que no es importante. Pero primero digo que en el país de las vacas, el maíz, la soja y el trigo, lo primero que tendrían que haber hecho es terminar con la desnutrición. Lejos están de incluir esa gente dentro del circuito de trabajo, porque lo único que hacen es darle cada vez un subsidio más grande para que ellos mismos opten por no ingresar en el mercado laboral. Ganan lo mismo quedándose en la casa que con un trabajo mal pago como los que nos tienen acostumbrados los sindicalistas.

¿Cómo y cuando llegó usted a la política?

Un punto de inflexión fue el año 2006, cuando dijeron por la radio que los animales que yo tenía, que había engordado, cuidado, valían un 15 o 20  por ciento menos de lo que estaban valiendo el día anterior. Dijeron que era para defender la mesa de los argentinos. Por supuesto que vi en la carnicería que el precio no había bajado. Me di cuenta que no hay que trabajar nada más que tranqueras adentro del campo, sino que hay que trabajar tranqueras afuera. Hay gente que parece que desea lo que uno tiene y es capaz de hacer cualquier cosa para quitártelo. Esta situación me decidió a participar en política. En 2007 hubo una posibilidad con el PRO, con Macri, que me pareció una manera diferente de hacer política. Me sedujo la idea de participar. Y pensé “ojala que mucha gente nos siga”. Pensé “voy a participar en política para ver cuántos votos les saco a estos que todos conocemos y que se llaman kirchneristas”. En esa oportunidad, nos hicimos amigos de la gente del Adolfo, porque el Pro no llevo candidato a presidente, y fuimos a nivel nacional con Rodríguez Saá. Sacamos 1200 votos en aquel tiempo.

Antes de este quiebre en su vida, ¿le interesaba la política?

Yo siempre miré el ministro de Economía, el presidente, el gobernador: los que realmente toman las decisiones, los demás llega a nuestros pueblos por derrame. Tuve un abuelo que fue Intendente, Antonio Belmartino, y nunca lo usé como lo usan algunos payasos que dicen “mi papá fue intendente, yo mamé la política”. Son realmente payasos. A mí nunca se me ocurrió.

¿Por qué cree que la gente debe votar la lista que encabezan los Rodríguez Saá?

Porque la encabeza Alberto Rodríguez Saá, que siempre ha dado muestras de madurez, de capacidad de gestión y de honestidad. La prueba no hay que buscarla muy lejos, entrando en Internet se puede buscar información de San Luis, una provincia con casi el 40 por ciento de las autopistas del país, casi 0 por ciento de desocupación (la que hay es la denominada estructural), una tecnología de punta, las cuentas fiscales ordenadas, sin acusaciones de corrupción y mucho menos pruebas. Para míi es una provincia ejemplar, no la hizo solo, también lo hizo su hermano Adolfo.

¿Cuáles son, según su punto de vista, los principales déficits de la gestión Brasca?

Que sigue defendiendo el modelo igual que Migliaro, pero con una sonrisa hipócrita en la cara, se hace el simpático. La otra es que donde aparecen las calles de tierra se acabó el Estado. Deja contento al centro porque la ciudad está limpia, adorna las plazas, pinta las esquinas, se dedica un poco a obra pública para que los vecinos del centro estén contentos. Y la mentira del Salto Ciudad Preventiva, yo no separo la gestión de Migliaro de la de Brasca. Yo creo que son lo mismo. Falta de capacidad de gestión, de negociación, de sensibilidad social.

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