Una de superhéroes

Historias que llenan el alma

El doctor Rodríguez y Tomás.
El doctor Rodríguez y Tomás.
Una feliz madre.
Una feliz madre.

Hace poco más de un año, exactamente un 16 de agosto de 2015, un bebé prematuro llegaba al mundo, quizás como tantos otros dirá alguien, pero este caso es el de un bebé que no llegó a estar ni siete meses en la panza de su mamá y que tan sólo peso 1.160 gramos.

Luciana, que debido a un problema con la placenta estaba en reposo absoluto, parecía haber recibido una señal, porque a pesar de que las ecografías salieron bien, la doctora Baum también sintió que algo podía pasar y decidió dejar a Luciana en observación por esa noche.

El desprendimiento de placenta, a poco menos de una hora de quedar internada le dio la razón a todos.

Pero la historia recién empezaba a escribirse.

Ese fin de semana, largo y Día del Niño, conseguir cama en algún hospital se hacía prácticamente imposible. Y sobre todo si expresamente la intención era llevarlo al San Martín de La Plata, por complejidad y tiempo de traslado.

Mientras se procuraba conseguir el lugar deseado, el doctor mantenía con vida a ese ser indefenso y que con tan solo un segundo o un paso en falso no saldría con vida.

Y cuando la tecnología no lo puede hacer, hay que recurrir a la sapiencia, a la experiencia y a saber dejar todo por el otro. Fueron más de 4 horas haciendo de “respirador humano”, sí, cuatro horas a ritmo constante y parejo para que Tomás no se descompensara, cuatro horas dando vida con sus manos; con el apoyo de las enfermeras del Hospital que estaban al pie del cañón para lo que precisara el doctor.

Se movió cielo y tierra. Se llegó a hablar con el ministro de Salud, quien ofreció el Hospital Garrahan, pero Tomás no habría soportado el viaje.

Hasta que finalmente, y solo porque quien lo atendía era ese doctor que está más allá de todo, y no porque lo busque, sino porque se gana el respeto de todos por ser buena madera.

Solo por él  y por eso, Tomás partió rumbo al San Martín.

Con una ambulancia que tuvieron que preparar exclusivamente para él, por el tamaño de los tubos de respiración y el riesgoso traslado, Tomás salió rumbo al San Martín.

Fueron 75 días, con complicaciones por una infección que lo tuvieron peleando entre la vida y la muerte, pero si algo aprendió Tomás no bien nació, es que hay que pelearla, como le enseñó ese doctor que nunca se dio por vencido en sus primeras horas de vida, y por ellos Tomás salió adelante sin secuelas.

El 30 de octubre, Luciana y Tomás volvieron a casa y por eso para ellos dos solo hay un héroe, que Luciana lo expresó de la siguiente manera:

“¿Que Superman, Batman, Ironman o Spiderman?

El doctor Rodríguez el único superhéroe capaz de mantener con vida a un bebé de 1.160 gramos que no llegó a estar 7 meses en la panza. El que estuvo apretando una bolsita con una mascarilla al mismo ritmo (porque la mínima variación lo desestabilizaba) durante más de 4 horas hasta que llegó la ambulancia con el respirador para Tomás. Por él terminó en una de las mejores neonatologías, la cual no aceptaba derivaciones. Por él hace un año que disfrutamos a Tomás.

Eternamente agradecidos por su esfuerzo sobrehumano”.

Una vez que Luciana público esto en su cuenta personal de Facebook, aparecieron Alma, Anto, Valentín y muchos casos más en el que esos chicos están vivos gracias a su intervención.

Pero vale el reconocimiento al doctor Rodríguez, y no solamente como doctor, sino también como ser humano, como padre, amigo, hermano o lo que amerite la condición de un paciente para que él tome el rol que todos necesitan.

Vale el reconocimiento para quien, desde hace muchos años no solo está en los brindis que él está presente, sino en de muchas familias que con cada motivo para festejar se acuerdan de él,  porque sin él, habría pocos motivos para festejar.

Y si de algo sirve el ejemplo del doctor Jorge Rodríguez, es ni más ni menos para darnos cuenta que no todo está perdido.

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