Concejo Deliberante sesionó en clima de máxima tensión

Triste, solitario y angustiante pase a comisión

Por Valeria Vizzón, de la redacción de SaltoCiudad

30 de diciembre

El martes pasado el Concejo Deliberante sesionó al mediodía y durante 14 minutos. El motivo de la sesión extraordinaria el penúltimo día del año era dar entrada a los anteproyectos de Fiscal Impositiva y Presupuesto 2015. Y efectivamente fue así: dieron ingreso. Los proyectos claves para cualquier administración municipal, provincial y nacional, no fueron tratados porque previamente, y por consenso los concejales de todos los bloques decidieron no hacerlo.

Aún, cuando el sentido común indicaba que este no tratamiento de las ordenanzas claves tendría consecuencias importantes: el no aumento de tasas municipales el primer mes del año, y la problemática que significaría en la recaudación, y dejar en pausa el incremento salarial para los empleados municipales.

Esos 14 minutos fueron utilizados para despedir el año, resaltar el trabajo realizado en conjunto por todos los bloques durante 2014, en el que según dijeron concejales pudieron dejar de lado los disensos, y lograr consensos.

Una semana después: 6 de enero

El martes los empleados municipales amanecieron con la noticia –que ya circulaba el lunes- que el Departamento Ejecutivo (en una medida difícil, necesaria pero quizás inoportuna y con falta de timing) recortaba las horas extras, y al mismo tiempo pedía una sesión extraordinaria para tratar el incremento en las tasas municipales para poder trabajar números reales, y contar con un presupuesto acorde.

El conflicto había estallado, como era previsible: los empleados municipales reclaman sus justos derechos. El poder Ejecutivo y Legislativo –con diferentes grados de responsabilidad- dilataron demasiado un tema trascendente. Los resultados están a la vista.

Y el tema de fondo –siempre latente- desbordó: el bajísimo salario básico del empleado municipal, y su relación peligrosa y diabólica con las horas extras. Horas extras que no funcionan como un plus como debería serlo sino como una necesidad imperiosa, y parte primordial del salario de  gran parte de los empleados.

Miércoles 7

Gomas quemadas frente a la Municipalidad. Un balcón completo de empleados con bombos, cuatro policías –incluyendo el Jefe de la Policía Comunal Sergio Barceló- en el interior del recinto del Concejo Deliberante, al lado de los concejales cuidando que la situación no se desbordara. Gritos. Un himno entonado a pura angustia por esos empleados, que obligó a los concejales a pararse.

En ese clima de tensión se llevó a cabo una sesión del Concejo Deliberante que terminó como se  esperaba: pase a comisión para que la oposición (CAS y Frente Renovador) presente un nuevo proyecto con números que prometieron durante toda la sesión, pero no dijeron: menos aumento de tasas y mejor incremento salarial para los empleados municipales. La fecha tentativa para presentar estos nuevos números: a más tardar miércoles 15.

Mientras tanto

El paro de empleados municipales continúa, aún con una conciliación obligatoria que no tardará en dictarse. Ni ese clima tensión logró que los concejales pensaran en sesionar en forma corrida trabajando toda la noche,  o en estado de comisión permanente para lograr una solución rápida. No se les ocurrió a los concejales ni tampoco a los empleados y gremialistas que estuvieron en la sesión. Nadie exigió: “trabajen en forma interrumpida hasta resolver la situación”. El sentido común indicaba que debería haber sido así, por el ya desgastado bien común que todos pregonan. (www.SaltoCiudad.com.ar)

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