Por Nelson Dafoe
Es casi definitivo, la política argentina decidió dispararse en su propio pie, renuncio a ocupar su natural espacio en la vida de los argentinos y en su lugar la monarquía judicial ha tomado su lugar.
Los supremos de la Corte fallaron frenando el tarifazo, tuvieron mejor lectura política de la realidad que una dirigencia incapaz, absolutamente, para generar sus propios anticuerpos.
En la justicia de Chascomús y la zona también hubo novedades, el Senado provincial aprobó los pliegos de nuevos jueces de paz, en Chascomús Juliana Hernández; en Pila, Martín Oria: en Lezama, Emilio Casco y en Castelli el hermano del intendente Echarren ¿Nepotismo? Nahhh.
En Chascomús perdió la pulseada La Cámpora, su jefe “Cote” Rossi intentó sin éxito el año pasado promocionar a un joven abogado con buffet en calle Garay, pero ante la caída de las acciones en la agrupacion juvenil, el lápiz recayó en otro escritorio.
En Pila la cucarda se la llevó alguien que no es oriundo de allí, sino de Lezama, Martín Oria tuvo los reflejos necesarios para saber de qué lado apoyarse y qué le convenía más a su futuro, ya no como secretario de Gobierno del intendente Gustavo Walker.
El Lezama algo huele mal desde hace un tiempo, el pliego de Emilio Casco estuvo a un tris de “ir pa’tras”, pero los radicales que para ocupar espacios rentados son maestros, se dieron cuenta de que era más práctico cambiar figuritas, al habilitar el ingreso de Casco, automáticamente liberan su actual puesto de juez de Faltas cuyo nuevo nombre aún reservaremos hasta averiguar el posible prontuario del aspirante radical.
En Castelli, Echarren avanza hacia una ciudad Estado y un reinado absoluto, juventud y apetito de poder son un buen coctel, habrá que ver cuál es el límite, por ahora el viento de cola le permite hacer a su antojo, incluso hasta para poner a su hermano como juez de paz.
Pero no todo ha sido esta semana la cuestión judicial, “Euge” Vidal no volvió por Chascomús como anunciaban, sí lo hizo al INTECH el ministro de Educación Esteban Bullrrich con sus aliados contranatura alfonsinistas, Ricardito y Liliana disputaban los flashes con el ministro de apellido patricio y nuestro jefe comunal.
La interna provincial radical para el próximo 22 de octubre va tomando temperatura, mientras Ricardito fogonea la candidatura del senador Fernández de Tandil, con la rendición de cuentas seriamente observada, Juan Gobbi edita un nuevo clásico del radicalismo chascomunense, estar en la vereda de enfrente y les juntó la cabeza a una docena de intendentes para lanzarlo al ruedo a Maximiliano Abad ¿? Por último al vicegobernador Daniel Salvador parecen achicársele las posibilidades. De todas formas este es un radicalismo bien PRO en cualquiera de sus versiones.
“Chapita” Gastón tuvo esta semana un leve respiro, a los problemas crónicos de seguridad, se le suman cada vez más calles en estado calamitoso, aunque ante la amenaza cierta de corte atendió a los vecinos de San Cayetano, tuvo que desmentir la renuncia de su mano derecha Cipriano Pérez del Cerro, la misma y recurrente usina del FpV residual otra vez armando operetas de prensa, sin embargo se suspendió por dos años la sentencia para pagar el choreo radical de la rifa del campo, pan para hoy, hambre para mañana.
Atalaya sigue con problemas, ya algunos sospechan que hay alguna mano interesada en que eso explote para un cambio de timón (y de dueños)
La Legislatura provincial sanciono la ley que impide las reelecciones de intendentes, concejales, senadores y diputados.
Nadie reparó en que Liliana Denot no podrá ser nuevamente diputada, será la próxima candidata a intendente de la UCR-PRO-Cambiemos? (o lo que más convenga)
El crematorio sigue dando que hablar y cerca de allí, se confirmó que COMSA seguirá siendo la empresa que finalizara las obras del ferrocarril, aunque con subcontratista nuevo, la local INARCO.
Como dijo Raúl Alfonsín al entregar el bastón en Casa Rosada, “no les digo adiós, sino hasta luego”…